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La imagen no es nada

La imagen no es nada ¡Hacele caso a tu sed!

«Que careta que eres», escuche que salía de boca de un chico en relación a una persona que aparentaba ser algo que no era.
Cada día vemos personas preocupadas por su imagen, por el qué dirán, que influenciadas por esto toman un método, el de la hipocresía (actuar, simular algo que no son).
¿Por qué la gente de dentro de las iglesias es falsa? ¿Por qué veo gente simular lo que sinceramente no es? ¿Serán hipócritas?
Muchas veces sobre nuestra cabeza nos salen estas preguntas y hasta en algunos casos nos sentimos nosotros mismos que estamos llevando una vida dentro y otra afuera. Déjame decirte que en muchos casos sí podemos tener seguridad de que algunos están siendo hipócritas, o sea, están poniéndose una mascara, porque cuando los vemos en otros lados no son así, y lo más triste es que lo hacen con pleno conocimiento; pero también podemos encontrar que hay gente que no tiene idea de lo que hace; permíteme explicarte mejor.

Cuando nosotros hablamos de hipócritas nos lleva a pensar en una palabra bíblica «Fariseos». Para nosotros ellos eran hipócritas, ¡sí que algunos eran con todas las letras H-I-P-O-C-R-I-T-A-S!

«Pero si hacemos un estudio de los cargos reales contra los fariseos, nos mostrará que solo en los casos más raros podemos tomarlos como hipócritas. Encontramos cegueras antes sus propias faltas (Mt 7:5), ante las obras de Dios (Lc 12:56), ante el verdadero sentido de los valores (Lc 13:15), una valorización excesiva de la tradición humana (Mt 15:7;Mr 7:6), una completa ignorancia de las demandas de Dios (Mt 23:14-15;25,29), y amor por la ostentación (Mt 6:2,5,16). Solamente Cristo, el único lector perfecto de las realidades internas (Mt 23:27-28), podía atreverse a hacer un juicio semejante». (Nuevo Diccionario Bíblico Certeza – Ed. Certeza Unida)

En algunos de los casos la gente no sabe lo que hace, y en realidad no esta actuando o poniéndose mascaras, en realidad no tiene noción, claro que ni yo ni vos estamos con la autorización para juzgar a nadie, pero de todo lo dicho podemos llegar a una conclusión, que actuando o no, siendo hipócrita o no, necesitamos conocer a Jesús y relacionarnos con Él, sólo Él nos puede ayudar a ser honestos y sinceros

Lee la historia de Jesús y la mujer samaritana (Juan 4), una mujer que se acerca al pozo periódicamente en busca de agua, una mujer desvalorizada por la sociedad, que se encuentra con Jesús, quien le pide agua para tomar y le da la opción de obtener otra que salpicara de su interior para vida eterna, el dialogo sigue, Jesús le revela su vida pasada y en otras palabras la invita a conocerlo, ella sale corriendo por todo el pueblo diciendo que alguien reveló las cosas de su vida y que descubrió quien era el Cristo.
Mirando la historia de esta mujer, que no tenia mucha reputación que digamos, era alguien a quien la comunidad esquivaba, por ende nadie le creería, ¿pero qué fue que hizo intrigar a la gente queriendo conocer a Jesús?

Creo que la actitud de la mujer, porque contaba libremente que le había revelado su pasado, ese que no era muy bueno que digamos. Estoy convencido que la gente vio en ella una sinceridad, una decisión y entusiasmo por tomar otro estilo de vida. Ella decidió cambiar su vida, contó la verdad ¿estamos dispuestos nosotros a tomar la decisión de cambiar?

Ahora en el tema que estamos tratando, a las personas hipócritas o falsas nadie les cree, salvo que ocurra algo; y esto es lo que podemos descubrir: necesitamos conocer a Jesús, relacionarnos con Él, Él es el único que nos puede salvar de la hipocresía, uno de los fruto del Espíritu es fidelidad (Galatas 5:22 NVI) que es sinónimo de sinceridad, la Biblia muchas veces nos insta a que no llevemos dos vidas, y si tan solo nos atrevemos a conocer a Jesús, conoceremos cual es la vida.

Jesús no es tan solo un profeta que puede decirte las cosas que hiciste, ni tampoco es sólo el ejemplo que tenemos que seguir, porque en muchos casos no llegamos a hacer lo que tenemos como modelo y nos frustramos creyendo que nunca llegaremos, le pondremos el titulo de Salvador, sí!!! El es tu salvador, el que está dispuesto a darte todo para que puedas llevar una vida de sinceridad, para que la gente pueda abandonar la vida falsa e hipócrita, tan solo necesitamos decidir y todo nos es dado cuando conocemos a Jesús de cerca.
La ayuda que necesitamos para que se abandone la hipocresía es que podamos relacionarnos con Jesús y miremos lo que tenemos adentro de nosotros, hay una fuente de agua que salta para vida eterna, hay frutos que el Maestro nos dio, dentro de eso está la fidelidad. Lo tenemos adentro. Él puede salvar nuestra vida de la hipocresía.

Por Carlos Garrido

Carlos trabaja hace varios años con adolescentes y jóvenes,
es encargado de la sucursal Lomas de Zamora de Librerías Certeza.

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